Entradas
Mostrando entradas de febrero, 2014
Alibaba y los 40 ladrones
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Alí Babá era un pobre leñador que vivía con su esposa en un pequeño pueblecito dentro de las montañas, allí trabajaba muy duro cortando gigantescos árboles para vender la leña en el mercado del pueblo. Un día que Alí Babá se disponía a adentrarse en el bosque escuchó a lo lejos el relinchar de unos caballos, y temiendo que fueran leñadores de otro poblado que se introducían en el bosque para cortar la leña, cruzó la arboleda hasta llegar a la parte más alta de la colina. Una vez allí Alí Babá dejó de escuchar a los caballos y cuando vio como el sol se estaba ocultando ya bajo las montañas, se acordó de que tenía que cortar suficientes árboles para llevarlos al centro del poblado. Así que afiló su enorme hacha y se dispuso a cortar el árbol más grande que había, cuando este empezó a tambalearse por el viento, el leñador se apartó para que no le cayera encima, descuidando que estaba al borde de un precipicio dio un traspiés y resbaló ochenta metros colina abajo hasta que...
BUEN HUMOR
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Mi padre me dejó en herencia el mejor bien que se pueda imaginar: el buen humor. Y, ¿quién era mi padre? Claro que nada tiene esto que ver con el humor. Era vivaracho y corpulento, gordo y rechoncho, y tanto su exterior como su interior estaban en total contradicción con su oficio. Y, ¿cuál era su oficio, su posición en la sociedad? Si esto tuviera que escribirse e imprimirse al principio de un libro, es probable que muchos lectores lo dejaran de lado, diciendo: «Todo esto parece muy penoso; son temas de los que prefiero no oír hablar». Y, sin embargo, mi padre no fue verdugo ni ejecutor de la justicia, antes al contrario, su profesión lo situó a la cabeza de los personajes más conspicuos de la ciudad, y allí estaba en su pleno derecho, pues aquél era su verdadero puesto. Tenía que ir siempre delante: del obispo, de los príncipes de la sangre...; sí, señor, iba siempre delante, pues era cochero de las pompas fúnebres. Bueno, pues ya lo saben. Y una cosa puedo decir en toda verdad: c...
La Matrioska
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Erase una vez , un viejo carpintero ruso llamado Serguei. El viejo Serguei, fabricaba preciosos objetos de madera: silbatos, juguetes, instrumentos musicales... Para ello, todas las semanas, salía a buscar buena madera al bosque para su trabajo. Aquella noche había nevado mucho, pero con los primeros rayos de sol de la mañana, nuestro amigo salió esperando tener fortuna y encontrar un buen tronco con el que poder trabajar la madera. Pero sólo encontró viejos trozos de madera húmedos y pequeños, que con suerte solo podían servirle para calentarse al fuego. Cuando iba a retirarse rendido por el cansancio, algo llamó su atención: un bulto grande sobresalía sobre la nieve. Al agacharse, vio el más hermoso de los troncos que nunca había recogido, de una maravillosa madera blanquecina. Serguei tomó fuerzas y recogió el tronco, que transportó hasta su casa. Tomó aquel tronco como el mayor de los tesoros y pensó que debía valer para hacer algo muy especial. Pasó días y noches sin dormir...
LA LUNA Y EL LAGO
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Era una vez un lugar en donde casi siempre había problemas entre los animales. Se peleaban, se discutían y se gastaban bromas los unos a los otros. Y casi siempre era por culpa del conejo. Normalmente, después de pelearse los animales volvían a hacerse amigos. Se tumbaban al sol y eran tan amables entre ellos como podían. Pero entonces, cuando todo estaba tranquilo y en paz, el conejo se aburría. -¡Me aburro! ¡Me aburro! ¡Me aburro! -decía un día, mientras charlaba con su amiga tortuga-. Ya va siendo hora de que ocurra algo divertido. -Eres la criatura más traviesa de todo Alabama, hermano conejo -decía la tortuga-. Pero la vida nunca es aburrida cuando tú tramas algo. ¿Qué estás planeando ahora? El conejo parecía sorprendido. -¿Quién ha dicho que voy a hacer alguna travesura? Sólo estaba sugiriendo un día de pesca en el viejo lago. Trae mañana por la noche al zorro, al oso y al lobo. Si algo sucede, observa y escucha. -Allí estaré -rió maliciosamente la tortuga-. ¡No me lo perdería po...
La Liebre y la Tortuga
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
La liebre siempre se reía de la tortuga, porque era muy lenta. —¡Je, ¡el En realidad, no sé por qué te molestas en moverte -le dijo. -Bueno -contestó la tortuga-, es verdad que soy lenta, pero siempre llego al final. Si quieres hacemos una carrera. -Debes estar bromeando -dijo la liebre, despreciativa- Pero si insistes, no tengo inconveniente en hacerte una demostración. Era un caluroso día de sol y todos los animales fueron a ver la Gran Carrera. El topo levantó la bandera y dijo: -Uno, dos, tres... ¡Ya! La liebre salió corriendo, y la tortuga se quedó atrás, tosiendo en una nube de polvo. Cuando echó a andar, la liebre ya se había perdido de vista. Pero cuál no fue su horror al ver desde lejos cómo la tortuga le había adelantado y se arrastraba sobre la línea de meta. ¡Había ganado la tortuga! Desde lo alto de la colina, la liebre podía oír las aclamaciones y los aplausos. -No es justo -gimió la liebre- Has hecho trampa. Todo el mundo sabe que corro más que tú. -¡Oh! -dijo la tortuga...
El Hada y la Sombra
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra, antes incluso de que muchas cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres amenazaron el lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidió que la acompañaran en un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y desiertos en busca de la Piedra de Cristal, la única salvación posible para todos. El hada advirtió de los peligros y dificultades, de lo difícil que sería aguantar todo el viaje, pero ninguno se asustó. Todos prometieron acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, el hada y sus 50 más leales vasallos comenzaron el viaje. El camino fue aún más terrible y duro que lo había anunciado el hada. Se enfrentaron a bestias terribles, caminaron día y noche y vagaron perdidos por el desierto sufriendo el hambre y la sed. Ante ta...
Els drets dels infants, dret a la identitat, el nen sense rostre
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones